¿Cómo será el otro lado del mundo? Por Daniel Esteban
Soy Daniel Esteban Perdomo Rincón, nací en la ciudad de Bogotá, en Colombia hace 27 años. Actualmente soy profesor de inglés en un colegio de secundaria en Huizhou, China y llevo en este país ya unos cuatro años.
Mi ciudad en Colombia ofrecía la licenciatura de inglés, pero yo escogí la enseñanza y me propuse el reto de aprender muy bien inglés para poder enseñar a otros. Me ha gustado desde siempre la parte de la pedagogía, compartir conocimientos con alguien más para ayudarlos a mejorar. Así fue que durante mis estudios en Colombia, vine a China a realizar una pasantía en 2018 en una escuela y después me regresé inmediatamente para graduarme. Allá en Colombia trabajé durante dos meses en un colegio privado, pero esa fue toda mi experiencia en el ámbito educativo allá. China me dio la oportunidad de nuevo en 2019 de desarrollarme como profesor.
Qué me trajo hasta China
Yo siempre soñé con hacer una pasantía internacional y escuché de unos amigos que habían hecho un voluntariado en Brasil por dos meses y contaba como opción de grado. Entonces yo, con mis ganas de viajar, a través de una compañía supe que había muchas opciones para ir al extranjero como India, Turquía, Rusia, Brasil… Y en la lista estaba China. La cultura china siempre me había llamado la atención, su larga historia de dinastías, su cultura tan diferente a la colombiana. Por ejemplo, si hubiera ido a Brasil, aunque somos diferentes, somos todos latinos y la esencia hubiera sido parecida. Pero China, al otro lado del mundo…
Me apetecía conocer y explorar esa cultura y ese idioma tan diferente. En ningún momento tuve miedo, aunque otra compañera había tenido una mala experiencia en China, pero eso no me asustó. Sí me ponía a pensar cómo iba a defenderme sin saber chino, pero a la vez me motivaba y me impulsaba, así que la decisión fue chévere.
Estoy muy agradecido con una persona colombiana que estaba acá y me dio todas las indicaciones en detalle para mi llegada a China la primera vez. Aterricé en Hong Kong y ya sabía exactamente qué bus tenía que tomar, y la forma de llegar hasta la ciudad de Huizhou.
Después, yo era callado y lo que hacía era escribir en un papelito los caracteres para mostrarle a la gente o tomar muchas fotos e imprimir los nombres de los lugares para pedir indicaciones.
Después de mi pasantía en China regresé a Colombia, me gustó mucho y me fui muy contento. Hice mi presentación de graduación acerca de mi experiencia en China y les encantó a los profesores. Luego, cuando estaba a punto de graduarme mi primera jefa me escribió para invitarme a regresar a Huizhou, me proveían de visado, tiquetes… Yo sin pensarlo le dije que sí. Me gradué y, a los dos días, ya estaba de regreso a China con mi primer trabajo.
Qué me enamoró de China
De China me encantan sus templos, todas esas ciudades y pueblos antiguos. La primera vez que vine mi gran meta era visitar la muralla China. Fui a ver los soldados de terracota en Xi’An. En Guangzhou fui a ver el Panda, que era mi gran meta. Son los colores de los templos, las estatuas de animales con sus colores, me encantan. También fui a Zhangjiajie cerca de Shanghai y, aunque había mucha gente y estaba nublado, lo disfruté igual. También fui a Yunnan, a Shangrila y la caminata de Tiger Leaping Gorge, ¡me encantó, me encantó! Me gustan mucho los lugares naturales, las caminatas, los parques… Y China tiene muchos lugares así, muy atractivos. Pero mis favoritos son los pueblos antiguos como Dali, Shangrila…
Diferencias culturales
Como latino, he notado diferencias culturales en las relaciones sociales. Los latinos somos muy afectivos y muy expresivos, nos abrazamos entre amigos y sonreímos mucho. Me di cuenta de que en China no hay tanto contacto físico y a menudo mis amigos chinos me dicen que digo demasiado “gracias”, me dicen que aquí no hay necesidad de ser tan agradecido o que por qué siempre ando tan contento y sonriente. Y uno se da cuenta de que aquí la gente es más introvertida.
En cuanto a la comida china, yo me casé con la comida más básica, los dumplings, los noodles el arroz frito “chaofán”, me encanta el hot-pot. Otros platos no suelo comerlos, quizás los he probado y no me han gustado, no sé… Pero me encantan los dumplings y los noodles, aunque me dicen que es un poco como el fast-food de China. He encontrado en otras ciudades algunos restaurantes colombianos, así que cuando extraño los ingredientes y el sazón de mi país, me gusta visitarlos.
La pandemia
Creo que todos podemos dividir nuestra experiencia vital antes y después de la pandemia. Para mí, la vida en China antes de la pandemia era muy distinta. Tuve la posibilidad de viajar a tantos otros países como Tailandia, Camboya, Vietnam. En mi lista estaba visitar Corea del Sur, Filipinas, Laos, Japón… Pero después de la pandemia la facilidad para movernos no es muy buena que digamos. En todo caso, aquí me he sentido seguro durante la pandemia y no he sentido que debiera irme. Entonces pienso quizás quedarme un año o dos más en China para crecer profesionalmente como profesor y llegar a un nivel de chino para poder llegar a tener una conversación y poder defenderme.
“Tu pelo es un nido de pájaros”
En China he encontrado personas muy amables que han tratado de ayudarme incluso sin saber inglés. Como también he encontrado gente que me esquiva o que me habla un poco rudo… Pero siento que eso es en todas partes, no digo que sea algo que ocurre solo en China. Como latino, cuando llegué me decían que por qué soy negro y yo no entendía. Yo les explicaba que mi color de piel me hace quien soy, que soy latino y adoro mi color de piel.
Me sentí rechazado al principio, pero me di cuenta de que no es conmigo, sino que en China se tiende a generalizar todo, quizás sin mala intención, pero incluyen a todos los extranjeros en un grupo. Al principio sí me sentí mal, pero me ayudó a sentirme orgulloso de quién soy, de mi color de piel e incluso de mi pelo. Mis estudiantes se burlaban de mi pelo ondulado y decían que yo tenía un nido de pájaros en la cabeza… Y con el tiempo aprendí que mi pelo tan ondulado hace quién soy yo y a mí me encanta.
Yo a cualquier persona en Colombia que tenga la posibilidad de venir a China le animaría porque hay muchos estereotipos que uno rompe. Por ejemplo, ese falso mito de que todo el mundo come carne de perro. Entonces, venir aquí es aprender a no dejarse llevar por todo lo que uno escucha, a conocer por uno mismo. Así seas de Asia, Europa, América, todos tenemos estereotipos hacia lo desconocido, así que yo animaría a la gente a venir y disfrutar de la cultura milenaria de China y conocer cómo es la gente acá en realidad.
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