La gestora de proyectos – canguro
Mi buena amiga Ana (pseudónimo) ha empezado un trabajo nuevo en el mundo de la traducción. Al preguntarle qué tal le iba, su respuesta me sorprendió:
Tía, son mis bebés. Soy su niñera.
¿Perdooonaaa? Yo no entendía nada. ¿Tienes a bebés traduciendo para ti? ¿Eso es legal?
Sí, tía, los traductores son mis bebés. Tengo que estar todo el día pendiente de ellos, asegurarme de que hagan los deberes, si no los hacen, no hay chuches.
No me lo podía creer. La metáfora funciona. La descripción de Ana es la más representativa y desternillante de su puesto que he oído en mi vida. Con mucho cariño, Ana, gestora de proyectos recién llegada al universo de la traducción, se percibe a sí misma como la niñera de los traductores con los que colabora a diario:
Tía, tengo que ir uno por uno preguntando si cogen el proyecto o no.
Me tuve que reír. Efectivamente, eso hace una Project Manager. Ella misma estaba sorprendida de la importancia del cariño y el detalle en su trabajo, del “ir uno por uno”. Preocuparse de que hayan entendido bien las instrucciones, de que hayan recibido los archivos sin errores, de recoger las migajas lingüísticas que han podido ir dejando por el camino y de asignarles la tarea que mejor se adapte a su disponibilidad son algunas de las muchas tareas de los Project Managers de este mundillo.
Hay que tener la mente fría, pero Ana y sus bebés son humanos y no todo el monte es orégano:
¡Y luego están los que se cogen rabietas si les cambias de traductor a editor porque no contestaron a tiempo!
Me parto. Qué genia, Ana. Al que madruga… Y al que no, le toca hacer lo que la niñera manda. Las rabietas y los desengaños son intrínsecos a la relación traductor/bebé-gestora/canguro, y la última no se libra de sufrir:
Ayer uno me dejó en visto. Con el corazón roto. 💔
#Adorable
Amigos lingüistas, si estáis leyendo esto, respondedle a esta pobre gestora de proyectos-canguro primeriza. ¡Las chuches y su cariño están en juego!
Dedicado a todxs lxs gestores de proyectos del mundo de la traducción que cuidan al detalle su trabajo diario, a sus valiosxs traductorxs/bebés y a mi querida amiga Ana. ¡Bienvenida al mundillo traductoril!
Autora: Luz M. Sanchis
Traductora/bebé
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